miércoles, 30 de marzo de 2011

Tenemos visita...

Hoy no se habla de otra cosa, Carlos y Camila están de visita en España....y la visita se la van a chupar enterita Don Felipe y Doña Leticia. El Rey, que ya conoce de que va el percal de estos dos, ha dicho, "yo con esto de los achaques y con el mordisco que le ha dado el panda a la reina, me escaqueo y que mi hijo de la talla, que la corona hay que sudarla".

Y es que si los ingleses salen caros ya de por si, que a veces más vale comprarles un trajecito que invitarlos a comer...imagínate tu estos dos, que encima tienen buen saque....porque Camila se está poniendo que le van a tener que poner una "l" más al nombre...y Carlos, dónde me lo dejáis...que todos los trajes los tenía cruzados y ahora no....y los trajes son los mismos, que yo en eso me fijo.

En fin que es una visita muy comentada, sobre todo porque han dejado solos a los tortolitos casaderos y al loco del pelirrojo. Este precisamente me acaba de mandar un evento al facebook: "Este finde estoy solo en casa, hago una fiesta....tu sabes en plan tranqui, como me gusta a mi, no hay que traer nada, solo dos botellas de vodka por cabeza, lo demás lo pongo yo"
Según su agenda oficial, a la que he podido tener acceso, pasarán tres días en la capital de España dónde se pondrán "púos" de bocatas de calamares, pasearán por los túneles del metro, pondrán dos o tres plaquitas, le darán el sobrecito a Zapatero para que vaya tirando una temporadita y Camila se comprará algo en la milla de oro de Fuencarral.

Pero sin duda lo importante de la visita llega el viernes, cuando cojan el ave (Camila sacó los billetes hace tiempo para pillar tarifa web que son la mar de baratitos) y lleguen a Sevilla. ¿Por qué Sevilla y el viernes, cuando se prevé una máxima en torno a los 30º?....pues tiene su explicación. El Príncipe Carlos, como siempre, tan concienciado por los intereses de su pueblo, viene desde hace tiempo barajando la problemática de los turistas ingleses en Sevilla por estas fechas: las quemaduras en empeines y hombros de sus súbditos al cruzar el puente de Triana. El quiere experimentar la misma sensación para demostrarle a su pueblo que él siente sus enfermedades, el padece sus males...el es servidor antes que príncipe heredero.
Está programado que lleguen tempranito, a eso de las 8. Cogerán el C2 y se bajarán en la Macarena para comprar dos euros de churros y llevárselo al hotel. Uno que hay en la Puerta Jerez, que es muy bonito, pero que en la puerta huele a cagajones, tenga las estrellas que tenga.
Cuando lleguen al hotel, Camila, deshará las maletas para que no se le estropeen los tocados y no se le arrugue el camisón, y se irán para la calle Tetuán a comer adobo, porque como vayas más tarde solo quedan boquerones. Pero como además estará el día muy bueno se tomarán su tintito en el Salvador...y cuando lleguen las 2 de la tarde, que el sol empiece a decir..."ayy camila que te voy a dejar las pantorrillas como la falda de Heidi"...entonces, pondrán rumbo a Triana a cumplir la parte oficial de la visita. Carlos, perfectamente ataviado para la ocasión (gorra del Tesco, camiseta de algodón burberry, bermudas con la raya derechita derechita, riñonera, calcetines blancos y cangrejeras marrones del Decathlon) cruzará el puente, no sin antes dejarle a Camila la gorra y los calcetines a modo de relicario.

Por la noche, la criaturita de Carlos se tendrá que poner los castellanos para ir a que lo entreviste Jesús Quintero, que ahora no tiene programa, pero ya sabéis que famoso que viene a Sevilla, famoso que va al Quintero...Después su poquito de Garclochí, su poquito de Anselma, Carlitos se marcará unas sevillanas con la Duquesa de Alba...todo eso con agüita mineral.....y mientras Camila en la habitación del hotel, mano a mano con el minibar.

Tienen pensado pasar el fin de semana en la finca que los Duques de Wellington tienen en Granada, pero el lunes se van...porque ya saben ustedes que a Carlos y a Camila no les gusta "dar ruío".

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