Si en una entrada anterior, destacaba la insignificancia del mes de Septiembre, hoy hago una excepción. Lo único bueno que para mi tiene este mes, son la continuas ferias y fiestas que se suceden en numerosos pueblos de la provincia de Sevilla, entre ellos, el mío. No puedo disfrutarlas todas y con la intensidad que desearía, pero cada año, aunque sea por mantener la tradición, se hace un esfuerzo por ir, aunque sea a pasar un rato entre amigos. Hoy precisamente me reencontraré con buenos amigos, a los que veo muy de vez en cuando. En concreto con una amiga, de estas guerreras, de estas que mejoran como el vino, no por el paso del tiempo, sino porque cada año que pasa, tolera más alcohol en su cuerpo. Hace unos días hablé con ella y estas fueron sus palabras "Oye, que yo voy a la feria, pero que yo voy a revolcarme por el suelo, a darlo todo". ¡Esa es mi amiga señores!. Hace meses que no la veo y se que mañana estaremos llenas de cardenales las dos, de caernos de los andamios de Marypaz e intentando recordar, cuándo y con qué nos dimos los golpes, como buenas discípulas de Nati Abascal que somos.
Pero toda cara tiene su cruz, y si hoy es un día especial por los reencuentros, también lo será por las grandes bajas. Yo no concibo un día como hoy sin una persona, que por motivos personales, no estará. Hoy para mi, no será lo mismo. Prometo que cada sorbo de manzanilla, irá por ti. Tu sabes que yo no te puedo recordar de otra manera.
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