viernes, 4 de noviembre de 2011

Amor a primera vista.


De todos es sabido que detrás de un político hay un enorme despliegue de asesoramiento en diversos campos, que van desde la oratoria hasta los tratamientos estéticos, pasando por la indumentaria. 
Aunque parezca una tontería, el atuendo con el que nos deleite un político a lo largo de sus distintas apariciones públicas, es fundamental para que el electorado se forme un idea preconcebida, que en muchos de los casos, determina el voto. Cada prenda de ropa y su forma de lucirla genera una percepción distinta en cada uno de nosotros. Sinceramente creo que salvo el pijama, toda la ropa de un político está minuciosamente estudiada.

 El objetivo de todo político es obtener el mayor respaldo electoral posible, no solo el de los partidarios o afines a sus ideales, sino lo que es más importante, el voto de los indecisos, el de personas que se encuentran a medio camino entre un color y otro. Ese es el verdadero mérito de un buen político en campaña electoral: convencer. 

En estos tiempos que atravesamos no es tarea fácil, la desesperación, el desengaño y la indignación son rivales muy fuertes para ellos. La palabra no es suficiente para llegar al votante, es más, me atrevería a decir, que es la que menos fiabilidad tiene. Sin embargo existen otras formas subliminales, que escapan a nuestra propia consciencia. Una de ellas es el atavío con el que el político se presenta a los demás. Un ejemplo claro de lo que estoy diciendo se puede ver en José Antonio Griñán, Presidente de la Junta de Andalucía y Javier Arenas, candidato del PP a la presidencia de Andalucía desde 2004. 

Andalucía, en lo que a Gobierno Autonómico se refiere es, hasta el momento, uno de los talones de Aquiles de la derecha. Siendo muy generalista, me atrevería a decir, que Andalucía, por su historia y su idiosincrasia,  "tira más al monte". Esto demuestra que la fidelidad y la incondicionalidad del pueblo a esos ideales ha flojeado bastante desde el principio, por lo que se han visto forzados a propiciar un acercamiento del voto. 

"La gente" somos (vamos a meternos todos) muy simples. Etiquetamos a las personas a golpe de vista, y en Andalucía es muy común: "Este es un pijo, siempre con chaqueta y castellanos, ¿qué se habrá creído?" "¡Cuidao el rojo ese que no se pone un traje de chaqueta ni pa casarse!". Tenemos la capacidad de formarnos un ideal de una extensión tan grande, que con un simple golpe de vista, y según vaya vestida esa persona en un determinado momento, decidimos cosas tan complejas como la credibilidad que tiene una persona. Esto los políticos lo saben, y se aprovechan ello.

¿No echáis de menos ver,en los mítines o demás apariciones públicas, a Javier Arenas con chaqueta y corbata?






















Y por el contrario, ¿No habéis apreciado un sospechoso abuso de esta prenda en Griñán?












Ambos tienen que ganarse ese primer golpe de vista del votante indeciso.










Chaqueta + corbata ------> Voto indeciso
Camisa de cuadros + pantalón sport ---------------------------> X





Estoy segura de que con estas fotos por delante, ponemos a un daltónico de Massachusetts a elegir quién es de derechitas y quién de izquierditas, y les confunde. Aunque no hace falta irse tan lejos, cualquier niño de la ESO, tampoco acertaría. 

No caigáis en la simpleza, valorad otras aptitudes, demostradles que no somos tan borregos, y que una simple regla tres hecha por ellas, no va a jugar con nuestros intereses y derechos. 

1 comentario:

  1. Claro que no somos tan borregos, por eso las encuestas ofrecen los resultados demoledores que hoy hemos conocido ayer. El pueblo ya habló claramente en mayo. Hemos perdido unos meses de una manera vergonzante.
    Si Rubalcaba tuviera la más mínima decencia, ni se presentaría. Por no hablar del sospechoso Blanco y, en definitiva, toda esta cúpula que ha llevado al país a la ruina, con Andalucía a la cabeza.

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